Historiador Manuel Lagos:  Las comunidades indígenas “fueron violentadas económica y culturalmente”

“Colonos a Sangre y Fuego” es el libro del profesor e historiador, Manuel Lagos, publicado por Ceibo Ediciones, que aborda la llegada de familias europeas al sur del Biobío y que tuvo gran impacto en las comunidades indígenas.

El historiador afirmó que la colonización del sur de Chile fue un proceso violento que implicó la expulsión de las comunidades indígenas de sus tierras y la imposición de “una visión y mentalidad hegemónica que pervive hasta nuestros días”.

Si bien en la política de Estado de la segunda mitad del siglo XIX,  hubo una prioridad en que los colonos debían ser alemanes, también llegaron italianos, suizos, vascos, belgas, ingleses, escoceses, irlandeses y franceses para conquistar el territorio.

De la mano del Agente de Colonización del Gobierno de Chile, Vicente Pérez Rosales, los bosques, selvas impenetrables, fueron arrasados para instalarse en la zona. “Llanquihue ardió semanas y semanas, meses, incluso”, relata Lagos en un nuevo programa de Conciencia Activa.

Lagos precisó que se trata de familias colonizadoras que se dedicaron a expandir sus negocios, especialmente en la extracción de madera, y que hasta el día de hoy, muchas de estas familias siguen explotando los bosques milenarios, como también ejercen una fuerte influencia en el país.

 “Escasamente contribuyeron a la generación de caminos, a abrir puentes. Eso lo hicieron, pero presionaron al Estado para abrir sus propios negocios, para extraer la madera y exportarla a Europa”, indicó.

Añadió que la “madera fue una de las grandes bases de su enriquecimiento, gracias a las grandes concesiones que le daba el Estado. Hasta el día de hoy, hay muchas familias que siguen explotando los bosques milenarios”.

Lagos expresó que el caso de la desaparición de dirigenta mapuche de la Región de los Ríos, Julia Chuñil Catricura, “dice relación con ello. El empresario (Juan Carlos) Morstadt Anwandter, efectivamente quiere hacerse de esa tierras de la comunidad (Putreguel) porque es rica en bosque. Es el único foco rodeado de forestales”.

El historiador puntualizó que se trató de una colonización a sangre y fuego, donde los “abusos, desapariciones, amedrentamiento y racismo” se mantienen hasta nuestros días.

Aseguró que los pueblos indígenas fueron expuestos a distintos tipos de violencia, despojados de sus tierras y apartados a zonas de menor relevancia económica. “Fueron violentados económica y culturalmente (…) hay una violencia estructural que se manifiesta en distintas aristas”, dijo.

En el libro de Lagos, se destacan las historias de algunas familias como los Matthei, Hutt, Stange, Kunstmann, Schilling, Ebensperger, Buschmann, Stegmaier, Heisse, Etchepare, Larroulet, Podlech, Mac – kay, Luchsinger.

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