Rodrigo Karmy: “Palestina es el término que expresa la verdad y muestra el carácter terrorista del sistema”

El Estado sionista anunció esta semana un plan para establecer una nueva “ciudad humanitaria” en las ruinas de la urbe de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, donde confinará a toda la población palestina y de la que no podrá salir.

El ministro de Defensa del ente israelí, Israel Katz, dijo que esta nueva zona albergaría inicialmente a unos 600.000 palestinos de la zona costera de Mawasi cercana a Rafah, hasta donde han sido empujados por los sionistas.

A partir de esta realidad, en conversación con Conciencia Activa, el doctor en Filosofía y académico del Centro de Estudios Árabes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Rodrigo Karmy, analizó la situación que a diario sufre la población y cómo la construcción de un relato de las corporaciones mediáticas justifican y naturalizan el horror que vive Palestina.

Desde el planteamiento del poeta y político martiniqueño Aimé Césaire, sobre cómo Hitler aplicó técnicas coloniales sobre los europeos, Karmy señala, que a Israel se le perdona el genocidio que está llevando a cabo en Gaza “porque está centrado fundamentalmente en una población que no es europea, que es palestina y que por lo tanto, puede ser prescindible desde el imaginario orientalista que de alguna manera inunda las representaciones prevalentes del mundo”.

En esta posición, un rol especial tienen las grandes corporaciones mediáticas, que “si uno se fija en la utilización del discurso, funciona en orden a naturalizar esa realidad porque muchos medios de comunicación plantean murieron 520 palestinos, murieron 30, murieron… como si hubieran muerto solos, por causas naturales, cuando en realidad están siendo sistemáticamente asesinados por una maquinaria de muerte a la cual, tanto EE.UU. como Europa, no solamente apoyan, sino que además, la perdonan permanentemente porque no está ocurriendo ese genocidio sobre la población europea”, dijo el filósofo.

Karmy precisó que “las grandes corporaciones están articuladas en torno a una geopolítica mediática y los medios chilenos están alineados con esas corporaciones y por lo tanto, con ese guión que se repite una y otra vez”.

Romper con ese guión, dijo el académico,  “significa expresar la verdad (…) significa tener un costo, pagar un precio, y ese costo es la exclusión, la invisibilización y en último término va a tener que ver, incluso con la criminalización dado que estamos en una permanente guerra de guerrillas a nivel del lenguaje, en el sentido que se están intentando imponer categorías, instaladas por los grandes medios y las hegemonías universitarias, en contra de lo que podemos denominar dialecto palestino”.

Karmy agregó que “el vocabulario palestino está funcionando en distintas partes del mundo como un vocabulario de resistencia. Por ejemplo, en algunas universidades en EE.UU. han expulsado a estudiantes por decir Intifada. En algunas universidades de Europa han censurado a gente por hablar de Nakba. Es decir, el vocabulario palestino es prohibido (…) ¿Qué es lo que hace Palestina que es tan amenazante para un reordenamiento cuya única estabilidad se sostiene en la censura y en la criminalización?… lo que pasa es que Palestina es la verdad de la época y cuando decimos la verdad de la época, lo decimos fuerte. Verdad significa en este sentido que Palestina es el acontecimiento que muestra el crimen inmanente del sistema político vigente”.

Asimismo indicó que “cuando dices Palestina, el sistema se molesta inmediatamente porque trata de ocultar esa fisura que está completamente bañada en sangre y que constituye el genocidio, no solamente de aquel que ha prevalecido durante estos casi dos años, sino que el genocidio de la Nakba en su totalidad”.

Precisó que “Palestina es el término que expresa la verdad, desoculta la verdad, desnaturaliza a un sistema que dice ser súper democrático, que respeta las libertades, etc. y muestra el carácter terrorista del sistema”.

Al mismo tiempo, el académico también cuestionó a la Autoridad Nacional Palestina y su presidente Mahmud Abás, quien, a juicio de Karmy, su cuerpo físico “atábico, anquilosado, viejo e inútil, representa el cuerpo político de la ANP en el sentido que, esta entidad,  fue una creación articulada por los acuerdos de Oslo y lo que está en cuestión, en los últimos dos años, incluso desde la Intifada del año 2000, es la legitimidad de los acuerdos”. 

Puntualizó que “la única manera que la resistencia palestina pueda reconstituir el problema de la descolonización y decirle al mundo que el problema palestino se resuelve con la descolonización, es dejar atras los acuerdos de Oslo, que hicieron neutralizar e instalar una matriz neoliberal”.

Sigue la entrevista completa aquí…

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